El accidente ocurrió el Domingo 4 de octubre de 2015 a las 12:15 H, en el camino entre la panadería de Carbon-Blanc y nuestra casa, a bordo de nuestro Renault Scenic, en la avenida Vignau-Anglade. Toda la familia estaba presente en el vehículo en el momento del accidente: mi esposa A.P. y nuestros dos hijos, M.P. y P.P.
Estaba conduciendo por el carril derecho, subiendo por la avenida Vignau-Anglade hacia la Avenida Griffons, respetando el límite de velocidad de 50 Km/h. Centré mi atención en una casa al lado izquierdo de la carretera y fue entonces cuando choqué bruscamente con una mediana de hormigón con la parte delantera del vehículo. A causa del choque, los airbags se activaron y la parte delantera del vehículo fue dañada seriamente. Mi esposa y yo fuimos capaces de evacuar el vehículo inmediatamente, retirar a nuestros hijos de sus sillas auto de los asientos traseros y ponernos a seguro en el lado derecho de la avenida. Mi esposa y yo de inmediato sentimos dolores agudos en el cuerpo: mi esposa en el hombro derecho, y yo, en el pecho. Nuestra hija sangraba profusamente por la nariz y lloraba. Nuestro hijo pequeño tenía un golpe en la sien derecha y lloraba igualmente.
Muchos transeúntes acudieron de inmediato en nuestra ayuda y llamaron a los servicios de emergencia. Los bomberos de Bassens, Saint-Loubès y Bruges intervinieron en nuestra ayuda.
A mi esposa y a mí nos llevaron a la sala de emergencias del Hospital Pellegrin en ambulancias separadas, mientras que nuestros hijos fueron llevados a la sala de emergencias del Hospital Infantil de Pellegrin.
Mi esposa fue hospitalizada hasta el domingo por la noche, ya que tiene la clavícula derecha rota. Nuestros hijos fueron hospitalizados hasta el lunes. M. tiene una fractura en la nariz, y P. sufrió una lesión cerebral sin pérdida de conciencia. Por mi parte, estuve hospitalizado hasta el lunes y tengo el esternón fracturado.
Quisiera señalar que me sometí a un control de alcoholemia por la policía justo después del accidente, en la ambulancia, con resultado negativo. Por otra parte, es importante reseñar que cada uno de nosotros estaba bien sujeto con su sistema de retención: mi esposa y yo con los cinturones de seguridad, y nuestros hijos, en sus respectivas sillas auto con sistema de fijación Isofix.
Aunque aún sintamos las consecuencias del accidente, somos conscientes de que tenemos la oportunidad de estar vivos y que el accidente solo supondrá unos días de ligero dolor. Los asientos Babyauto y su sistema Isofix han salvado a nuestros hijos, gracias de nuevo!
Reciban un afectuoso saludo,
M. P.
Carbon-Blanc, 15 de octubre 2015